lunes, 6 de junio de 2016

Crónica V Trans Montesblancos Trail 2016

Por fin llegó la gran cita del año.
Además de la dureza del segundo bucle, con continuas subidas y bajadas, el factor determinante de esta carrera es la climatología.
El año pasado fue muy favorable e hice mi mejor tiempo.
Este año salía con calor, pero no mucho, menos de 30º y cierzo flojo, así que perfecto.
Tomamos la salida solo 43 valientes¿que está pasando?
Tras pasar sobre la autopista ya el pelotón se estira, yo a mi ritmillo hasta que me doy cuenta de que voy de los últimos. Bueno, hay todavía mucho tiempo. Al principio a controlar ritmos, procurar ir a 5;30 estaría muy bien.
Da la sensación de ir muy rápido y en el primer avituallamiento hay un pequeño reagrupamiento, y ahora a ir en un grupo muy majo con David y Vanesa (campeona) entre otros.
La primera subida y ya a empezar a andar. En estos tramos es donde caen las minutadas pero es imposible correr, apenas se gana tiempo y se gastan muchas fuerzas.
Aquí me doy cuenta del gran error del día. En estas zapatillas tenía que haber cambiado las plantillas por unas viejas, que estas tienen el borde gordo y me hacen rozadura.
Empiezo a notar molestias en los dos talones. Mal asunto.
En el km 14 me pongo la música y me pongo en modo piloto automático y a correr a buen ritmo pasando los kilómetros.
Un par de cambios del recorrido respecto a otros años, para hacer subidas nuevas.
Cada vez me molestan más las zapatillas así que en el segundo avituallamiento tomo una medida desesperada: quitarme las plantillas. Pero veo que el destrozo ya está echo.
He perdido mucho tiempo y ahora a descender.
De momento parece que no se va mal, pero se me clavan todas las piedras en las plantas de los pies.
Llevo muy bien la alimentación y la hidratación, fundamentales en el día de hoy.
En el km 25 llego con buen tiempo 2:35, relleno la camel y al ataque.
Un año más en los primeros metros del segundo bucle, parece que se desata el infierno.
Se van las nubes, el sol da de lleno, se para el aire y la temperatura se dispara.
Voy completamente solo en esta zona, menos mal que está bien marcado, me desoriento y me parece que me pierdo, pero voy por buen camino.
Mucha subida y bajada por pinares, que en vez de proteger del sol, esta zona es sofocante, no corre ni pizca de brisa.
Ya empiezo a andar todo el rato. En la cima de una colina me paro a buscar a alguien y no veo a nadie.
Aquí ya me adelanta Ivan, de la de 25k.
Los pies ya los tengo fritos y los talones me duelen mucho.
Nueva sorpresa y subida a la loma del francés.
Ni en los descensos puedo correr, Tengo que llegar al avituallamiento del km 32. No paro de beber, pero no me entra nada.
Me paro en el avituallamiento a mojarme y beber mucho y me quedo un rato sentado. Aquí me adelantan todos de la carrera de 25k

Me pongo en marcha pero no puedo ni correr en los descensos de las colinas. Sé que un poco más adelante hay un camino asfaltado que me llevaría a la Puebla, así que en este tramo tengo que tomar la decisión ¿sigo? ¿me retiro?
Aquí me adelanta David y me anima a seguir, pero no lo veo nada claro.
Me quedan 15 kms todavía, los más duros, subidas y bajadas continuas, y ahora voy cojeando, sin poder apoyar los talones... así que como poco más de 2 horas en penosas condiciones, así que decido salirme y se acabó.
Al final he tenido suerte en tomar esta decisión, paso debajo de la autopista y allí hay una furgoneta de la organización que amablemente me llevan a la Puebla, que como poco aún me quedaban 3 kms, Muchas gracias!!!
Y cuando llegamos se desata una gran tormenta. Con lo mal que tenía los pies hubiera sido el remate.
Al final solo 25 monstruos consiguieron acabar esta durísima prueba.
Bueno, algún día tenía que llegar el primer abandono. (y aquella quebrantahuesos del 2003), cuando no se puede, pues no se puede, ahora a curar las heridas de los pies y a descansar.