viernes, 21 de abril de 2023

Crónica XVI Maratón Zaragoza.

 El día de recoger el dorsal me dieron un diploma por haber acabado las 15 primeras ediciones de la maratón de Zaragoza. Ese uno de los principales motivos por los que sigo año tras año en este reto.

Tras el buen sabor de boca del año pasado, este año la intención era de no mirar el reloj, y que salga lo que sea y pasarlo bien y sobre todo acabarla, como no.
El día sale bien, fresquillo y cierzo pero no tan huracanado como el día anterior. 

Me sitúo en la salida entre el globo de 3:30 y el de 3:45. ese es mi sitio previsto.
Salgo otra vez demasiado rápido, me pueden las ganas de correr. 
Un año más en la av de la Almozara, donde más da el cierzo de frente me quedo solo, apenas consigo protección. Luego giro y ya con el viento a favor.
Nueva vuelta por el Paseo Independencia. Estos kilómetros son muy chulos, en pleno centro de la ciudad.



km 5 primer gel. En el km 12 pasamos por la expo, nueva zona con viento en contra y sin protección.




Nueva vuelta por el Centro, cada vez más animación y yo manteniendo siempre un ritmo cómodo. 
En el km 20 miro por primera vez el reloj y voy a una media justa de 5:00 el km. ¿como puede ser si en los entrenamientos mis mejores días iba a 5:10? Ni una sola salida me he acercado a esa media. El dorsal debe de dar alas. Voy cómodo y me da mucha tranquilidad porque sé que llevo mucho colchón de tiempo. 


En el km 25 la cosa se pone seria, la larga ida y vuelta de Echegaray. Sigo sin encontrar ningún grupo a mi ritmo. Algún corredor suelto pero prácticamente solo. 

En el km 27 empieza lo bueno. La subida al parque. Por San José sigo solo, detrás de algún corredor pero sigo sin encontrar ningún grupo. La Av Tenor Fleta con el viento en contra lo paso ya mal y luego viene la dura subida de Cuellar. 

Llegamos al canal y sigo con buen ritmo adelantando poco a poco a gente. En el km 35 el psicológico giro que ya indica que vamos hacia abajo y el línea recta a meta.

La bajada de Cuellar procuro subir un poco el ritmo aprovechando la bajada. Me concentro en las zancadas, lo más rectas posibles. Cuando se llevan muchos kilómetros se empieza a correr como un pato, con mucho balanceo y procuro evitar eso. El paso a nivel de Cesáreo Alierta se hace duro, la bajada hace sufrir las piernas y la subida se hace muy dura.



Y ahora lo mejor de toda la carrera. El último kilómetro. Además de ser ligera cuesta abajo, y con mucha animación ya se da por superada la carrera. No he tenido dolores ni bajón y hasta tengo fuerzas para sprintar y acabar todo lo rápido que puedo. Menuda explosión de sensaciones. 



El tiempo final ni me lo había planteado: 3h:35m. 5 min menos que el año pasado (5ª mejor marca). A estas alturas ya debería estar cerca de las 4 horas normalmente, pero estos dos últimos años me han salido de mis mejores maratones. Supongo que será una mezcla de experiencia y de la tranquilidad de no buscar objetivos de tiempo.



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